A pesar de que la actividad se movió a un ritmo del 5% durante 2022, un informe del Gobierno marca que las solicitudes de importación de bienes por parte de las firmas se incrementaron entre un 30% y un 50% interanual desde noviembre hasta marzo. El dato surge de los sistemas oficiales. El Ministerio de Economía le pidió a unas 20.000 empresas que presenten una planificación anual de la necesidad de divisas pero solo 8.000 lo hicieron. Sergio Massa también pone la lupa sobre los servicios y anunciará una “simplificación cambiaria” que tenderá a unificar criterios con respecto a las percepciones que se cobran actualmente.
A esta altura parece imposible negar que la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo genera una serie de distorsiones en los incentivos que mueven la economía. El más importante tiene que ver con la velocidad a la que los importadores aceleran sus solicitudes de compras al exterior y los exportadores ralentizan las ventas o intentan canalizarlas por fuera del mercado oficial.
Los datos que un funcionario del Ministerio de Economía confirmó a Ámbito son contundentes. Las solicitudes de importaciones por parte de las empresas crecieron entre un 30% y un 50% interanual en el período que comprende desde noviembre, cuándo se implementó el nuevo sistema, hasta marzo. La cifra toma como base de comparación además el año en que se batió el récord histórico de compras al exterior.
En lo que respecta a lo que un un funcionario del equipo económico catalogó como una “lluvia de SIRAS”, está claro que el ritmo de pedidos de acceso al mercado de cambios estuvo muy por encima del repunte de la actividad económica, que promedió el 5% el año pasado. Las empresas ven en la acumulación de stock una forma de “cubrirse” ante una eventual devaluación.
“Lo que se busca es importar cualquier cosa, porque lo que se importa no es el producto, es la brecha cambiaria”, reconoció meses atrás en el Congreso el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein. Para ordenar la situación, el Ministerio de Economía pidió a las empresas que presenten una planificación anual de la necesidad de divisas. Pero de unas 20.000 solo 8.000 completaron la información en tiempo y forma. Asciende a 12.000 la cifra de las que directamente ignoraron el requerimiento. “Nosotros lo hablamos con todas las cámaras y no son solamente las PyMES las que no formulan la proyección, también hay grandes empresas”, remarcaron fuentes del Palacio de Hacienda. En el Gobierno explican que debido al exceso en las solicitudes se reforzaron los controles para que las divisas se destinen a “sostener la producción” y no se utilicen para especular con un salto cambiario.
En el comunicado que se emitió luego del encuentro del ministro de Economía Sergio Massa y las autoridades del Fondo Monetario Internacional se puso de manifiesto la necesidad de "seguir mejorando el control aduanero para limitar la sobre facturación, el almacenamiento y otras irregularidades”.
Como contó Ámbito, la Aduana detectó desde julio de 2022 hasta marzo de 2023 sobrefacturación de importaciones por más de u$s1.650 millones, entre investigaciones administrativas y denuncias penales. Se trata de operaciones en su mayoría trianguladas en un tercer país que se utilizan para hacer un “rulo”, acceder a mayor cantidad de dólares a cotización oficial y beneficiarse de la brecha cambiaria.
Otro de los puntos sobres lo que se trabaja es un mayor control sobre las contrataciones de servicios, apuntan en el Gobierno, que allí también se generan maniobras irregulares. Al margen del monitoreo, Massa anunciará una “simplificación” de los tipos de cambio que se utilizan en distintos rubros, como turismo, transporte y contrataciones de artistas, entre otros.
La idea es que esto se haga mediante una unificación de criterios impositivos. De alguna manera, configuraría la contracara del tipo de cambio especial que se le dará al sector agropecuario durante determinado tiempo para incentivar las exportaciones. Lo que compensaría parcialmente ese desajuste.
FUENTE:
www.despachantesargentinos.com