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De manera sencilla, la inteligencia artificial (IA) es la capacidad de los dispositivos de aprender y, hasta razonar, a partir de una interacción previa con la inteligencia humana. Una prueba de aprendizaje es, justamente, el reconocimiento de la voz y sus tonos, y el reconocimiento facial, con el que convivimos hace tiempo ya.

De manera más compleja, tenemos que remitirnos a Hollywood y sus premoniciones, desde Terminator hasta Matrix, donde se presagiaba un estado ulterior de este aprendizaje artificial, donde las máquinas tomaban el control y se nos volvían en contra. Ficción al margen, la realidad es que hoy hay tareas interpretativas y analíticas que la inteligencia artificial puede desarrollar más rápidamente, y de manera más eficaz, que los seres humanos.

Fácil, ágil, objetivo

Todo en su justa medida, claro está, pero basta sólo imaginar a las aduanas del mundo adoptando estas nuevas tecnologías para facilitar y agilizar no sólo las operaciones de comercio exterior, sino para regular y hasta resolver litigios de manera más veloz y con una mayor objetividad, logrando relativizar la discrecionalidad subjetiva de los seres humanos.

Es una revolución cultural y hasta antropológica: cada ser humano es único e irrepetible, y al abrir las puertas de la interpretación, por más norma bien redactada que haya, el color del cristal con que se la mire dependerá de cada ojo. Una justicia fiscal y aduanera, bajo el tamiz de una inteligencia artificial objetiva, es parte de la Cuarta Revolución Industrial que estamos atravesando.

Tareas automatizables

Lo que la IA asegura es que las aduanas pueden automatizar la comprobación de datos, la clasificación de mercancías y la emisión de documentos, liberando así recursos humanos para tareas más complejas y estratégicas, como la verificación física. Las tareas de inteligencia previa para la prevención del fraude y el contrabando es otra aplicación, lo mismo que un mayor aprovechamiento para tareas predictivas para mejorar la planificación. Tal vez de todas las funcionalidades, el análisis de grandes cantidades de datos y la posterior identificación de patrones y tendencias, en poquísimo tiempo, es la mejor cualidad de esta herramienta. Y si seguimos, llegamos al plano de la trazabilidad, el monitoreo y la seguridad, las armas que hacen al control aduanero. Ni hablar de sus ventajas a la hora de hablar de la transparencia.

Casos

La Aduana norteamericana recurrió a la IA para la detección de drogas y el control del contrabando. En China se la utiliza para la clasificación de mercaderías y en España ya están automatizando los procesos de despacho aduanero. Pero, como parte de la IA es el aprendizaje, el recurso puede ayudar en la toma de decisiones de los funcionarios aduaneros a partir del análisis masivo e histórico de normas, jurisprudencia y hechos que hacen al comercio exterior diario. Ahora bien, ¿Qué pasa en el ámbito de las disputas, impugnaciones y recursos legales en el ámbito aduanero? ¿Puede la IA ayudar a reunir pruebas y ayudar a la resolución de casos de manera más rápida y eficiente? ¿Puede simular escenarios?

La experiencia regional

Todavía estamos en fase experimental, pero algunos países dieron varios pasos al respecto. En la región, Perú aprobó este año la Ley 31814, que promueve el uso de la Inteligencia Artificial en favor del desarrollo económico y social del país. Mauricio Ruiz Rosado, abogado asociado del área de aduanas y comercio exterior del estudio Thorne, Echeandía & Lema de Perú, indicó en diálogo con Trade News qué aplicaciones inmediatas visualiza desde el punto de vista operativo. “Uno de los puntos débiles de la mayoría de las aduanas de la región está en los controles intrusivos de inspección.

Con estas nuevas tecnologías se puede potenciar la inteligencia previa para una mejor selección de las mercaderías que serán sometidas a los controles. Todo además con un monitoreo en tiempo real del contenedor, y su precinto, así como también con la transmisión segura de los documentos”, indicó.

Celeridad

Tras los esfuerzos de modernización del Estado argentino, el trámite a distancia se impuso en la relación administrativa con los privados. No obstante, la transmisión electrónica de datos no necesariamente se expresa con la celeridad característica de esta funcionalidad. “Si bien es cierto que la mayoría de las aduanas tienen plataformas de intercambio de información, muchas veces esos expedientes digitales son asignados a funcionarios y hay demoras en los procesos.

Con un buen programa de inteligencia artificial, incluso basado en blockchain, tanto la asignación de expedientes como la revisión documentaria puede ser más ágil”, comentó Ruiz Rosado, tras agregar que no se trata de “enviar” documentos digitales sino de “asignar claves” para la consulta de documentos que están en la nube, con mayores estándares de seguridad.

Normas y reglamentos

La inteligencia artificial también puede aplicarse a cuestiones normativas y reglamentarias. Según el experto en derecho e inteligencia artificial aplicada a cuestiones aduaneras, en este caso es donde “más sentido hace” las nuevas tecnologías. Sobre todo por la velocidad en que puede procesar un volumen enorme de datos. “Hay cuestiones vinculadas a la publicación y revisión de normas, nacionales e internacionales, que pueden explorarse incluso hasta la fase de interpretación de las mismas a partir de la IA.

La aplicación puede ir desde la valoración aduanera hasta la interpretación de acuerdos comerciales para ver los beneficios arancelarios y, en caso de inconsistencias, se puede recurrir a la plataforma para la consulta de archivos de fallos anteriores, jurisprudencia y doctrina”, explicó. De esta manera, la inteligencia artificial sería la segunda etapa de la democratización de la información que supuso Internet y sus buscadores, es decir, la del análisis de la recopilación masiva e inteligente de datos.

Subjetividad

Y así como la subjetividad es una característica distintiva del ser humano, la pregunta es si la IA puede disminuir la discrecionalidad o subjetividad de los funcionarios. “Los fallos en materia aduanera dependen siempre del criterio de un funcionario. Muchas veces hay posturas diferentes, duplicidad de criterios y errores que hacen que el administrado no sepa cómo actuar frente a determinadas normas. La IA podría ser útil en la armonización de criterios, minimizando el factor del error humano, clarificando supuestos y dotando de objetividad y transparencia”, explicó el experto.

No obstante, agregó que “eso no quiere decir que la administración no analice todos los hechos y circunstancias” que se sucedan. “Lo correcto es que las administraciones tengan criterios preestablecidos, interpretaciones unificadas” Las comparaciones siempre son odiosas, pero siempre aportan contexto. Netflix necesitó 3 años y medio para llegar al millón de usuarios, Spotify lo hizo en 5 meses, Iphone en 74 días. Pero a ChatGPT le llevó sólo 5 días. Esta velocidad de adopción dice mucho.

FUENTE:

www.tradenews.com.ar